LeBron James reinó en un partido de exigencias extremas, con prórroga, con juego subterráneo, con una lucha sin cuartel en las tres horas que duró y con notables ausencias en ambos equipos. Un escenario ideal para que LeBron expusiera su calidad, su dureza y su determinación. El Rey le dio la victoria a los Cavaliers (114-111) y dejó a los Hawks a un paso de la eliminación. Los Cavaliers dominan por 3-0 la final del Este, exactamente lo mismo que hacen los Warriors en la del Oeste, ante los Rockets. La final de la NBA entre Cleveland y Golden State parece servida.
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