LeBron James se plantó con la exuberancia que exhala su talento y su físico en la sexta final de la NBA en su carrera, la quinta consecutiva. El Rey llega embalado al último escalón de su desafío: ser profeta en su tierra. Los Cleveland Cavaliers cerraron la serie con una victoria contundente (118-88) y completaron la escabechina ante los Atlanta Hawks (4-0).
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