mercredi 1 janvier 2020

Mourinho contra el mundo

El Tottenham se marchó de vacío de su visita a Southampton (1-0) este miércoles por la tarde, un clásico del escapismo, equipo acostumbrado a sufrir para salvar la categoría, que arrastra problemas porque en St. Mary’s Stadium siempre había encajado gol en los diez partidos que había jugado allí y apenas cantó victoria ante Watford y Norwich. Cinco equipos habían ganado a orillas del río Itchen y el Crystal Palace empató en la jornada anterior, pero los Spurs se fueron de vacío y con la pésima noticia de que Harry Kane y Tanguy Ndombele se marcharon con sendas lesiones musculares que no semejaban leve a la vista de su gestualidad. Todo sucede a mes y medio de la cita de Liga de Campeones con el Leipzig. Al menos Mourinho sigue en forma. Definió el partido como “extraño”, pero lo más excepcional lo protagonizó él: vio una tarjeta amarilla al percatarse el cuarto árbitro de una furtiva incursión en el banquillo rival para espiar las anotaciones de Andrew Sparkes, el entrenador de porteros del Southampton. Aceptó la amonestación, con un afectuoso saludo tanto al árbitro como a su auxiliar, y tras el partido aclaró lo sucedido: “La tarjeta fue justa porque fui grosero. Pero fui grosero con un idiota”.

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