Resulta algo desconcertante este Betis de Rubi. Perdido en la mitad de la tabla, reaparece con enorme solvencia y autoridad para dibujar partidos de una enorme talla, forjados con un estilo y un fútbol magníficos. Cualidades que sirvieron este domingo para doblegar de manera cualificada a un buen equipo como la Real Sociedad, que llegó al Villamarín con la posibilidad de acercarse a la cuarta plaza y se llevó un soberano revolcón. El Betis recuperó las esencias de su etapa de Setién, a las que añadió un puñal por la banda derecha llamado Emerson y un partidazo de Guardado. El mexicano fue un puntal tanto en defensa como en ataque, articulando el juego de un Betis que volvió a disfrutar.
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