Mientras el balón caminaba a trompicones esquivando todos los pares de piernas que poblaban la hierba, Zinedine Zidane aplaudía cuando alguno de sus jugadores elevaba el esférico y lo alejaba de la tierra. “Era un campo complicado y hemos sufrido en la circulación”, reconoció el técnico del Madrid después del partido. “No hemos tenido buen juego”, añadió, aunque dejó claro que en este caso el fin resultaba más importante que los medios para lograrlo. “Estamos contentos porque al final pasamos a octavos y vinimos para esto”, sostuvo el francés, escenificando su versión más pragmática.
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