Las lágrimas de David López al terminar el partido en La Cerámica reflejaban la tensión y el drama que está sufriendo el Espanyol, vencedor ante el Villarreal en un choque en el que fue superior durante una hora de partido. Luego se complicó la vida en los últimos 30 minutos por el penalti y la expulsión de Javi López que propició la reacción final del Villarreal. Con orden y ambición, con sufrimiento y agonía al final, el Espanyol consiguió una victoria de fe para brindar el triunfo a los 3.000 aficionados pericos que dieron por bueno el viaje a Vila-real soportando las inclemencias meteorológicas. “No tengo palabras, solo dar las gracias a la afición que ha venido a pesar de que no les hemos dado nada en la primera vuelta”, manifestaba con la voz entrecortada David López fruto de la emoción por conseguir tres puntos vitales para soñar con la salvación.
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