La Copa del Rey celebró la primera jornada de la ronda de los dieciseisavos. Se trata de un torneo que no admite ya el más mínimo despiste. A partido único y en el campo del rival de inferior categoría conviene no dar más opciones. Lo hizo el Mallorca, con una alineación plagada de suplentes. Lógicamente, ante un rival como el Zaragoza, de los mejores de Segunda División, se llevó un serio correctivo en La Romareda. Los de Víctor Fernández no solo ganaron por 3-1, sino que gozaron de una gran cantidad de ocasiones para lograr un marcador todavía más amplio. La igualdad se mantuvo, no obstante, en la primera mitad. La mejor ocasión fue para los locales en un disparo de Kagawa a la escuadra. El Mallorca, que venía de meterle cuatro goles al Valencia, apenas llegó.
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