“Estamos muy enfadados”, asegura Marta. “¡Es que no me digas! Solo van a entrar 4.000 personas y tenemos el otro estadio ahí al lado… Ya lo vas a ver, es que están tocándose el uno y el otro. Un partido grande como este, que podía traer a 17.000 personas aquí, llenar todo esto, darle vidilla… No tiene ningún sentido”.
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