Otro balón de oro de Messi sacó al Barça de los apuros del Metropolitano, azotado por un aguacero constante y la corsaria puesta en escena del Atlético en la primera media hora, solo anclado por Ter Stegen. Luego, fue a hombros de Messi cuando el Barça logró respirar, crecer y dar la puntilla final a un rival más bizarro que de costumbre que no atinó cuando tuvo al contrario a un milímetro de la lona. Messi para todo en un partido excitante, titánico para unos y otros.
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