Cuando volvía el eco de que Gareth Bale podría poner rumbo a China, una nueva normativa de la Superliga lo ha cortado de raíz. La Asociación de Fútbol de China (CFA, por sus siglas en inglés) ha anunciado restricciones a los gastos de los clubes de cara a la nueva temporada de la competición nacional, que empieza en marzo. Los límites, que buscan acotar el ingente desembolso de los últimos años, incluyen topes salariales para los jugadores. A partir de ahora, los futbolistas extranjeros que aterricen en la Superliga no podrán cobrar más de 23 millones de yuanes netos (3 millones de euros). En el caso de los jugadores domésticos, el techo es menos de la mitad: 10 millones de yuanes (1,3). Los equipos, además, no podrán gastar en el total de sus operaciones más de 1.100 millones (141 millones de euros), y la masa salarial no podrá superar el 60% de esa cantidad.
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