Abelardo dio el sí. Se lo tuvo que pensar un poco, reacio a coger un proyecto que no le enganchara como ocurrió con el Leganés y el Celta, que lo tentaron en su día antes de colocar a Javier Aguirre y Fran Escribá en sus banquillos. Pero el Espanyol sí le ha convencido, seguramente porque desde el área deportiva le han garantizado al menos tres fichajes, además de darle un sueldo generoso hasta el final del curso (algo menos de un millón), también una prima por la salvación de medio millón de euros. Y, por supuesto, porque Barcelona es su segunda casa, ya que tiene residencia en la ciudad y jugó en el Barça de 1994 a 2002, donde levantó dos Ligas, dos Copas del Rey y una Recopa. El contrato, en cualquier caso, finaliza al final de la temporada, aunque desde el club admiten que en caso de continuar en Primera ya saben con qué técnico querrían seguir.
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