En sentido contrario, pero en la dirección justa
Por su modo sereno de comunicar, su talante conciliador y el poco interés que pone en defenderse, parece que estamos ante un tipo normal. No se engañen. Si algo sabe Zidane es que es Zidane, uno de esos personajes que están por encima del bien y del mal. Pero hay muchas maneras de demostrar la conciencia de poder y Zizou eligió una que le aleja de la demagogia y le acerca a la esencia más noble del club. Solo él puede salir del clásico sin subirse al clamor anti VAR del madridismo, y nadie más que él puede consagrar en rueda de prensa a Guardiola como “el mejor entrenador del mundo”. La agenda de Zidane no siempre coincide ni con los latidos del madridismo ni con la política del club. Sin embargo, su prestigio le vuelve impune. Como digno representante del Madrid, no se desgasta en guerras menores. Y saber distinguir el tamaño de las polémicas es una manera de alcanzar la grandeza.
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