jeudi 26 décembre 2019

Arteta se queda corto

Salió de los últimos por el túnel de vestuarios del Vitality Stadium con el semblante serio, la cabeza gacha y ningún amago de sonrisa —ni siquiera de nerviosismo— antes de estrenarse como técnico del Arsenal. Y, aunque iba vestido de negro de los pies a la cabeza, el donostiarra Mikel Arteta, de 37 años, trató de poner color a un club necesitado de alegrías porque atiende la clasificación a la Liga Europa como una posibilidad antes que una realidad, ahora que anda el equipo perdido por debajo del ecuador clasificatorio. Pero Arteta se llevó una bofetada para empezar, un gol del Bournemouth que negó el gran fútbol de su equipo, impulsado por Özil y estropeado por unos delanteros que jugaron con las botas del revés. Hasta que Aubameyang hizo diana e igualó un duelo tan anémico en el resultado como esperanzador en el juego, pues el Arsenal fue protagonista absoluto del envite por más que interpretara mal su papel en el área rival. Brotes verdes para el conjunto londinense, que se despliega a partir del balón como casi siempre hizo con el histórico Arsène Wenger.

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