Además del Athletic, en el Santiago Bernabéu hubo otro enemigo, este invisible. Se le notificó el desagrado de su presencia cuando fue anunciado por megafonía, incluso aunque fuera para recordar los motivos de su existencia. Fue más silbado incluso que los nombres de los jugadores rojiblancos la emisión del protocolo de actuación del VAR, el anuncio del árbitro encargado del VOR y el de los colegiados a pie de campo. Todos fueron recibidos con los reproches sonoros de un público que no olvida las dos jugadas del Camp Nou que no fueron señaladas como penaltis y que generaron un malestar que pudo incluso con el frío que se presentó también puntual a la cita.
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