Todo el esfuerzo, las lágrimas, el dolor, la incertidumbre que ha pasado Santi Cazorla durante dos años por volver a sentirse futbolista tuvieron su recompensa anoche en la Cerámica. En un partido grande, el asturiano dio un recital de controles y pases y consiguió los dos goles, uno al principio con un disparo sutil de derecha; y otro el tramo final, insospechadamente de cabeza. Sus tantos concedieron al Villarreal un punto revitalizante. “Ha sido un partido muy especial para mí, por todo lo que he pasado y conseguir los dos primeros goles de regreso a LaLiga y ante todo un Madrid”, declaraba un emocionado Cazorla nada más finalizar el partido y recibir los aplausos de la afición, los abrazos de sus compañeros y el saludo afectuoso y de respeto de los jugadores del Madrid.
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