Meritorio lo que ha hecho Lucas Pouille en este torneo, rompiendo su techo en los grandes, yendo más lejos que nunca de la mano de la francesa Amèlie Mauresmo, la única preparadora que dirige a un tenista de la élite. Le habían salido alas al galo, hasta que se topó con quien se topó en las semifinales, Novak Djokovic: el serbio se las cortó de cuajo. Sabiendo que Rafael Nadal le esperaba en la final del domingo (9.30), el número uno quiso hacer una exhibición de fuerza y trituró la ambición de Pouille en solo 1h 23m: 6-0, 6-2 y 6-2. El tenis, pues, asistirá a un nuevo episodio del clásico, del partido más repetido de la historia: Nadal y Nole, cara a cara.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://bit.ly/2RR3OY8
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire