Montilivi pasó de pitar el domingo a Messi por querer arbitrar el partido del Barça y provocar la expulsión de Bernardo a aplaudir anoche a Karim Benzema. Había ayer algunos madridistas en el campo del Girona. Y el ariete estuvo tan delicioso como en Cornellà. Hoy ya no solo se cuentan los goles de Benzema, que son 17, sino que se analizan por repetidos y diferentes, tal que fuera Hugo Sánchez. El mexicano era el punto y final del excelente juego asociativo de la Quinta del Buitre y el francés es el rematador del socializado fútbol del plantel de Solari.
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