Defensa y Justicia: encuentren un nombre más sugerente que ese. Podría parecer una pachanga de funcionarios ministeriales. O un club de elevados ideales políticos, más bien conservadores. O una táctica entregada al cerrojo atrás y la fe en la ecuanimidad del árbitro. Pero no. Nadie es capaz de recordar a quién se le ocurrió ese nombre ni por qué. Hace tiempo de eso: en 1935, un grupo de vecinos de Florencio Varela, localidad situada al sur de Buenos Aires, quiso fundar un club deportivo y, compréndanlo, la cosa estaba complicada. Otros podían llamarse como su ciudad, Córdoba, o Rosario, o Tucumán. Pero Florencio Varela, prócer unitarista asesinado en 1848 y enterrado bajo una lápida con una de esas inscripciones que han hecho célebre la modestia argentina (“Muerto a la libertad, nació a la historia, y es su sepulcro templo de su gloria”), no encajaba bien como nombre de equipo. Y fueron a por todas: Defensa y Justicia, ahí queda eso. Suele abreviarse en Defensa. También se les llama Halcones, por razones que sí son conocidas y prosaicas: la empresa de autobuses local se llamaba Los Halcones y sus vehículos eran verdes y amarillos, por lo que Defensa, que empezó de blanco y azul, acabó vistiendo como el autobús.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://bit.ly/2FS8yGA
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire