Elevándose sobre el ruido de los silbatos, superando la expulsión de su jugador franquicia y sorteando la oposición de un correoso Valencia, el Madrid se apuntó su séptima victoria en la Euroliga (91-72) y endosó a su rival la novena consecutiva para dejarlo casi fuera de combate en el torneo. De punta a punta, del 1,79m de Campazzo al 2,21m de Tavares, el conjunto de Laso demostró su solidez competitiva y ajustó cuentas con su expediente europeo y con el equipo que le ganó el último pulso liguero. Al conjunto taronja no le bastó con un notable Dubljevic para gobernar un partido marcado por la prematura descalificación de Doncic.
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