La trayectoria del Atlético invicto terminó en Cornellà. Y sucedió en el momento más inesperado y menos oportuno para los rojiblancos, en las vísperas del clásico, cuando los muchachos de Simeone querían presionar al Barcelona por el liderato de la Liga. El Espanyol se vistió de Atlético y Sergio García ejerció de Fernando Torres. El gran ídolo de la hinchada blanquiazul firmó el gol cuando las agujas del reloj llegaban al minuto 90. No había mejor manera para finalizar el año en casa del Espanyol ni peor para el mudo Atlético.
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