El rebote fue el arma del Baskonia, un arma poderosa e invasiva, destructiva como pocas, y sin embargo cuando menos lo esperaba el CSKA apuntó a su cabeza y le atizó dos disparos que acurrucaron a los de Pedro Martínez en el parqué y apuntalaron la victoria del conjunto ruso. Perdía el Baskonia por cuatro puntos y restaban dos minutos largos, cuando De Colo falló el tiro y el rebote lo ganó el CSKA incapaz de superar a rival en ese arte del juego. Y volvió a fallar el segundo lanzamiento y volvió a capturar el rebote el equipo ruso que seguramente no salía de su asombro (solo agarró tres rebotes ofensivos, los tres de Hines). Y volvía a lanzar El Chacho y la embocó en el aro, con valor al alza de tres puntos. El Baskonia que a hierro mataba, a hierro moría como si las manos de pronto se le hubieran endurecido tanto que el balón rebotase con los dedos.
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