El 2017 figurará para siempre con letras de oro para el tenis español. En medio de una corriente de escepticismo y sin adivinar una referencia clara que pueda dar continuidad a los éxitos de Rafael Nadal, el de Manacor se levantó y remató con un sobresaliente un año histórico, puesto que a su resurgir se unió una nueva dentellada de Garbiñe Muguruza, en Wimbledon, y la ascensión conjunta al número uno de ambos circuitos. Nunca antes el tenis español había tenido a dos jugadores en la cúspide mundial.
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