En ausencia de Severiano Ballesteros, su ídolo y el de todos, fue Jack Nicklaus el encargado de explicarle a Jon Rahm uno de los secretos que convierten a los grandes deportistas en auténticas leyendas: ser uno mismo, no intentar jamás aquello que no se puede lograr. Sucedió durante la disputa del US Open de 2016 en el mítico campo de Oakmont Country Club, en Pittsburgh, un torneo al que el golfista español compareció como amateur y terminó clasificado entre los 25 primeros, acaso la primera de sus futuras hazañas. Las palabras del Oso Dorado pueden parecer una obviedad pero lo cierto es que algunas de las carreras más imponentes del deporte mundial se han cimentado sobre evidencias de idéntico calibre.
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