Pese a los buenos deseos de paz en el mundo, los sueños se malogran en la cuna de la Navidad. Ahmet Orken, la joven promesa del ciclismo que ha conquistado los últimos cuatro campeonatos nacionales de Turquía, tendrá que esperar mejores tiempos para ver cumplida su ilusión: disputar una gran prueba por etapas. El deseo se había hecho realidad en septiembre, cuando el equipo Academia de Ciclismo de Israel (ACI) le fichó para completar una plantilla de deportistas de 16 nacionalidades. Orken, único musulmán en un elenco de cristianos y judíos, firmó un contrato por dos años con un club hebreo, pese a la tensión a ambas orillas del Mediterráneo oriental. A los 25 años, creía que la maglia rosapodía estar al alcance de sus pedales.
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