“Hacemos la ciudad de 1993”, decía el eslogan una vez obtenida la candidatura olímpica. El evento no hubiera sido exitoso limitado a una imagen fugaz aunque fuera mundializada. Correspondió a lo que la ciudad de Barcelona necesitaba y la ciudadanía deseaba. La recuperación del frente de mar ciudadano. La Villa Olímpica fue la oportunidad, y no fue fácil. Se enterraron dos líneas ferroviarias y centenares de miles de personas accedieron fácilmente a las playas que desde finales de los años 50 eran no usables. Contra las presiones de actores privados poderosos que pretendían desarrollar una urbanización especulativa, segregada y lejos de la ciudad.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2vQHDlk
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire