Un duelo tremendo, por vibrante y emotivo hasta el final, entronizó a un encomiable Celta y dejó fundido al Madrid. Lo suyo no son las remontadas en campo ajeno, lo que solo ha conseguido en tres de las 15 veces en las que se ha sentido obligado en toda su vida. En Vigo no fue menos y llegó el primer batacazo en un año con Zidane, al que no cabe responsabilizar de la última Liga, a la que se enganchó ya en marcha. En Balaídos no dio para más. Hizo tiritar a su rival, pero le faltó juego y no le alcanzó con sus arrebatos.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2j67nYZ
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire