El trofeo de la Liga es una escultura en plata de ley de una mano y un balón, a tamaño natural, que representa el gesto de una bandeja y se sostiene sobre una base de madera maciza de olmo. La obra, del prestigioso platero Juan Turull pesa exactamente 11 kilos y 250 gramos, y a las 23.05 de la noche, minutos después de terminar la final, resultaba insostenible para el MVP. Extenuado tras la contienda, Sergio Llull, tuvo que dejar el premio en el suelo durante la improvisada sesión fotográfica que se instaló junto al vestuario del Real Madrid, donde resonaba la algarabía del campeón. “Ha sido una temporada exitosa. El equipo ha demostrado que a la hora de competir siempre cumple. Hemos estado muy unidos hasta el último día”, señaló el menorquín. “Y gracias también a este señor”, siguió el máximo anotador del partido que sentenció el título, señalando a Pablo Laso. “Desde que él llegó estamos siempre en finales y celebrando títulos”.
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