Mientras el mundo observa a Australia y maldice los incendios, el tenis afronta con escepticismo el presente. A solo cuatro días del arranque del Open (del 20 de enero al 2 de febrero), tenistas y aficionados se preguntan por las condiciones en las que despegará un torneo entre interrogantes meteorológicos. No obstante, se anuncian lluvias para los próximos cinco días en el estado de Victoria, lo cual supone una magnífica noticia: el agua ayudará y, a priori, higienizará la atmósfera de Melbourne. Mientras tanto, el horizonte va cobrando forma y este jueves se sortearon los cuadros del primer grande de la temporada.
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