En solo dos días de competición Fernando Alonso ya comprendió lo que significaba correr el Rally Dakar. No hay competición de motor más extrema y más diferente de aquello a lo que está acostumbrado. Y aunque lo sabía, uno no lo asume hasta que lo vive. “Ha sido un reto personal, no hay nada más diferente de la Fórmula 1”, declaró al llegar a Qiddiya, el destino final. “Aquí no controlas nada, no hay nada previsible. En un circuito las vueltas son siempre iguales. Una carrera de Fórmula 1 no dura nunca más de dos horas, mientras que en una etapa del Dakar estás cinco o seis horas. Es una carrera masacrante, extrema desde el punto de vista del pilotaje”, explica su fisioterapeuta, Edoardo Bendinelli.
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