Shane Larkin, base del Anadolu Efes, capaz de asaltar el pasado viernes el Palau Blaugrana desde sus 1,82m, colocando a su equipo como líder de la competición junto al Real Madrid, no es ni mucho menos el deportista más reconocido en su familia. Tal honor le corresponde a su padre, Barry Larkin, que fue durante 20 años profesional de la Liga de Bésibol en Estados Unidos, y pertenece al Salón de la Fama de ese deporte; los especialistas lo sitúan entre los 100 mejores de todos los tiempos. Lo definían, además, como el perfecto jugador gana-partidos, si se nos permite la expresión, libremente traducida del concepto clutch player norteamericano. Curiosamente, esa es también la fortaleza que está mostrando Shane Larkin en estos dos últimos años de profesión.
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