La semana rusa del Baskonia acabó bajo cero, pero si en San Petersburgo la decepción fue grande frente a un rival flojo, por inesperada, y además, después de tener el marcador a favor en los minutos finales, la de Moscú se puede calificar de otra forma. El CSKA, un rival temible, tenía todas las papeletas para ganar y ganó, pero el Baskonia desveló otra imagen, sobre todo en el primer cuarto y en el último. Dio la cara cuando parecía que se la iban a partir, y aunque la derrota le coloca en una situación delicada, lejos de los playoffs, se pudieron ver algunos brotes verdes.
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