Mohammed Al Naqeeb abre el maletero de su flamante BMW de línea deportiva del que extrae varias bolsas con bufandas y camisetas, talla infantil, del Atlético de Madrid. Tiene 32 años, una empresa de saneamientos y desde el año 2006 ejerce de evangelista rojiblanco. “Aquí muy poca gente conocía al Atlético. Incluso pronunciaban mal el nombre. Yo regalo las camisetas a los niños y para la final compré 25 entradas que ya he repartido gratis. He creado una página web del Atlético que tiene más de 10.000 seguidores”, asegura este hincha saudí que presume de conocer la historia del club y pregunta al periodista que si el jugador negro que ilustra su cuenta de twitter es Larbi ben Barek, el mítico jugador marroquí que jugó en el Atlético en los años 50. A su lado, Adel Alblawi, 25 años y estudiante de empresariales, relata la odisea y la decisión que ha tomado para poder presenciar la final de la Supercopa de España que esta tarde (19.00, Movistar) disputan en Yedda Real Madrid y Atlético. “Soy del norte de Arabia, de Tabuk, y he recorrido 1.000 kilómetros en coche atravesando el desierto. Estoy terminando un máster y he renunciado al examen final para poder ver el derbi. En la fiesta de graduación las normas son muy estrictas, pero yo fui con la a camiseta del Atlético”, dice Adel.
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