Atrapado por una dinámica endemoniada porque no se para de mentar a Messi, preguntar por Neymar e invocar a Cruyff, Griezmann se reivindicó como un delantero estupendo contra el Betis. El Principito no es precisamente un don nadie aunque sus posturitas al estilo Beckham son vistas con recelo en el vestuario del Camp Nou. Griezmann se sintió Messi y, en ausencia del 10, se dejó de asistencias para marcar dos goles y remontar un partido muy bueno y divertido antes y después del 0-1 de Fekir. Alrededor de Griezmann, el equipo tejió una excelente actuación coral, coronada por los goles de Jordi Alba, Vidal y Carles Pérez, un jugador muy interesante, excelente este domingo como icono de la Masia. Hoy se hablará más de Pérez que de Neymar.
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