La sesión cronometrada de este sábado en Spa Francorchamps reflejó de la mejor manera la diferencia conceptual que existe entre las apuestas de Mercedes y Ferrari. El primer y el último sectores del mítico trazado belga, la pista más exigente con los motores –los pilotos se pasan 23 segundos con el acelerador pegado al suelo– estuvieron en todo momento pintados de rojo –a pesar de haber renunciado a la tercera especificación del propulsor, que sí incorporan Alfa Romeo y Haas–.
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