Serbia comenzó el Mundial sólida y firme ante un rival enclenque y limitado. Los de Djordjevic se plantaron en el partido inaugural ante Angola con la determinación de quien afronta una misión especial y quiere mandar un aviso a navegantes. “Que Dios le ayude”, soltó el técnico serbio cuando le preguntaron por un posible enfrentamiento ante Estados Unidos. El ejército serbio ya ha comenzado sus maniobras de cara a las grandes batallas. Con siete jugadores en dobles dígitos de valoración, un 65% en tiros de campo, 22 rebotes más que su contrincante y un Bogdanovic notable (24 puntos con un 5 de 7 en triples), la subcampeona mundial, olímpica y europea, ya asusta en China. Pudiendo permitirse una pachanga de rodaje el equipo balcánico decidió barnizar de moral su rodillo. Su siguiente capítulo, el lunes ante Filipinas.
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