Como si envuelta en la calima que agobia en la costa, y el calor que ablanda los sesos, la Vuelta es aún una masa borrosa, una penumbra en la que los ciclistas se mueven a tientas. ¿Superman está bien o muy bien? ¿Y Roglic? ¿Nairo es más que un ataque de orgullo y de una voluntad sola de decir este soy yo, soy colombiano, tengo ya 29 años y, aunque vestido de verde me pregunte quién es ese, aún estoy tan vivo como los colombianos jóvenes?, se preguntan, y esperan que un rayo en la puerta de la caverna que les permita ver, y decir, ah, eso sí, eso es una realidad incuestionable.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2Lbw3KW
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire