Es viernes y parece que ante el suculento programa, con Roger Federer y Serena Williams a la cabeza, encabezando ambos la sesión diurna de la central, Nueva York ha decidido vestirse de gala. Luce el sol, el aficionado neoyorquino se divierte (y se protege con gorras, porque en EE UU llevar la gorra es deporte nacional) y hace una temperatura magnífica para desfilar por Flushing Meadows. Es el marco perfecto para una victoria casi perfecta, de no ser por esos cuatro primeros juegos en los que Daniel Evans se resistió, a ver si él también tenía suerte y podía hacerle cosquillas al rey, justito estos días pero, por fin, entonado y acorde a su condición de rey: Federer fue otra vez Federer.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2NBP4sW
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire