Muchas abandonaron el estadio de Reims con lágrimas. De tristeza, de frustración. Con la sensación de haber vivido el final más cruel posible. Una derrota por dos penaltis. “El mío creo que no era”, comentó Virginia Torrecilla. El suyo lo tuvo que analizar el VAR después de que lo pitara la colegiada. Fue la única que entró a valorar las decisiones arbitrales. Sus compañeras se limitaron a decir que el VAR está para decidir y que respetan sus decisiones.
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