jeudi 27 juin 2019

“¿Quién esperaba un 0-0 con Brasil en su casa?”

“¿Sabe lo que es el juego de las chapitas?”, pregunta Salomón Rondón (Caracas, 29 años); “le tienes que pegar a una tapa de botella con un palo de escoba. Me encantaba”. En un país donde reinaba el béisbol, el único bate al que se acercaba Rondón era al palo de escoba para jugar a las chapitas. No quería sabe nada con el béisbol, ya se había enamorado de la pelota. “Son esas cosas raras de la vida, mi viejo no tenía ni idea de fútbol, pero me llevaba todos los domingos al estadio. Y a mi hermano y a mí nos mandaron a jugar a la pelota para que gastemos energía. Así me quedé, iba con el balón para todos lados”, explica el delantero del Newcastle. Sin prisas, después del entrenamiento, recibe a El País en la concentración de Venezuela en Copacabana.

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