Ferrari asoma la cabeza cuando más lo necesita la ‘Scuderia’, metida en un sinfín de dudas existenciales tanto técnicas como de Sebastian Vettel, su teórico estilete. El alemán lleva más de un año ofreciendo su versión menos fiable, una tiritona que coincide con la fulgurante entrada en escena al otro lado del taller de Charles Leclerc, un chaval con un talento descomunal que, además, enamora a todo aquel que le rodea. El monegasco se adjudicó en el Red Bull Ring la segunda pole de su hoja de servicios después de lograr el récord de la pista y este domingo (15:10 horas, Movistar Fórmula 1) arrancará sin tráfico delante. Vettel, por su parte, sufrió la enésima calamidad por culpa de una inoportuna avería en la unidad de potencia de su bólido en el peor momento posible, a las puertas de la tercera criba de la cronometrada (Q3). Una de cal y una de arena para la tropa de Maranello, que no tiene ni una jornada de felicidad completa.
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