El pasado domingo, Roger Federer engrosó su kilométrico expediente con su décimo trofeo en Halle. Fue su título 102 en el circuito profesional, y además tuvo una consecuencia directa: el suizo, número tres del mundo actualmente, será el segundo cabeza de serie en Wimbledon. Es decir, evitó un hipotético cruce con Novak Djokovic hacia una hipotética final, complicándole el trazado, de rebote, a Rafael Nadal. “Bueno, es lo de siempre. Es el único sorteo que en el que hacen lo que les parece en ese sentido”, comentó el balear en unas declaraciones al canal #Vamos, de Movistar.
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