En junio de 2013, Salva Sevilla era un jugador importante en un Betis que lograba una inesperada clasificación europea. Ese mismo año, el Mallorca descendía a Segunda División poniendo fin a una magnífica etapa en la máxima categoría. En 2014, el Betis bajaba a Segunda y Salva Sevilla se marchaba al Espanyol. El centrocampista inició un periplo en el club catalán mientras el Mallorca profundizaba su deriva deportiva. De tal calibre, que en 2017 acababa descendiendo a Segunda División B. Ese verano, Salva Sevilla recibió la llamada del Mallorca para ser parte importante del equipo balear con el objetivo de regresar a Segunda División A. Salva aceptó el reto de abandonar la Primera División después de seis temporadas seguidas entre Espanyol y Betis para jugar en Segunda B. En dos años se ha convertido en el símbolo de un equipo que ha regresado a la máxima categoría. “Ni en mis mejores sueños podía imaginar algo así”, manifestó el propio Salva Sevilla nada más concretarse el ascenso del Mallorca.
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