Era un día difícil, un adiós que nunca quiso pronunciar porque desde que tenía seis años, cuando fue a hacer la prueba en la escuela del Barça –“perdimos por 13-1, pero por suerte me cogieron”, reveló-, Sergi Samper (Barcelona; 24 años) ha pasado por todas las categorías del club hasta jugar con el primer equipo. Pero sin minutos ni oportunidades, en el ostracismo con Luis Enrique y también con Valverde [ha jugado 33 minutos en esta temporada], con dos cesiones que salieron rana por lesiones y por cambios de técnicos (Granada y Las Palmas), el centrocampista decidió hacer mutis por el foro y marcharse al Vissel Kobe japonés, donde le aguardan con los brazos abiertos sus excompañeros Andrés Iniesta y David Villa. “Nunca se está preparado para escribir una despedida. Gracias al empuje de mi abuelo, salté de la grada al campo. He crecido con la generación del 95, superando etapas hasta jugar con mis ídolos y el mejor de la historia. He vivido y sufrido la vida futbolística en el mejor equipo del mundo”, resolvió Samper, vestido de negro, con la respiración entrecortada pero sin desparramar lágrimas, dolido por su adiós pero ilusionado por su nuevo reto.
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