El Barça de Pesic se está convirtiendo en una pesadilla para el Madrid de Laso. Le precede en la Liga, hace nada le ganó la final de la Copa y en la Euroliga, donde es el Madrid el que va muy por delante, consiguió ganarle por 77-70 y ofrecerle el triunfo a su icono Juan Carlos Navarro, cuya camiseta con el número 11 ya cuelga junto a la cúpula del Palau. Nada del otro mundo, si se quiere a estas alturas de la temporada, pero el entrenador serbio va quitándole complejos de encima a su equipo, que había perdido los últimos cinco clásicos en la competición europea, los dos más recientes con resultados muy contundentes. El estado pesimista y depresivo que reinaba no hace tanto tiempo en el Palau ha desaparecido. Y al mismo tiempo se robustece, más incluso que el liderazgo, la consistencia y fiabilidad de jugadores como Heurtel y Tomic, los dos máximos responsables del triunfo. El base francés, MVP en la Copa, siguió como si tal para firmar 17 puntos y 10 asistencias; el pívot croata se fue hasta los 22 puntos y 13 rebotes.
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