La inercia de futbolización del polémico desenlace de la Copa de baloncesto llevó a que la comparecencia de Pablo Laso previa al Real Madrid-Bayern Múnich de la 23ª jornada de Euroliga tuviera ayer en Valdebebas una cobertura con tintes de gran clásico europeo. La tropa de Koponen, Lucic, Derrick Williams o Dedovic no tiene, ni de lejos, la enjundia histórica de los Beckenbauer, Rummenigge, Augenthaler o Matthäus pero, a la estela del pandemonio copero, se multiplicó la expectación por las palabras del técnico.
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