Parece casi imposible separar la imagen de Luis Suárez de la de Lionel Messi. Siempre juntos, a veces con el mate, otras con el balón, en general vestidos de azulgrana, ocasionalmente de gala cuando comparecen con sus mujeres en algún evento glamuroso. Ya es una imagen habitual en la Ciudad Deportiva Joan Gamper que el argentino y el uruguayo se queden a practicar faltas directas después de los entrenamientos. Duelos nada amistosos, por cierto. “Gana siempre Leo”, dice el entorno del 10. “Está parejo”, replican los que conocen al 9. A veces, se suma Ter Stegen y le lanzan penaltis. Y allí parece que el asunto se pone más disputado. “Marc les para bastantes”, aseguran los que defienden la figura del alemán. Gane Messi o Luis Suárez, el encargado de lanzar faltas y penaltis es el rosarino. No este miércoles ante el Real Madrid. El capitán le cedió la responsabilidad a su amigo, nada menos que en su tierra fetiche: el Bernabéu.
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