Sentado en la primera fila del banquillo de los acusados, junto a su socio Joan Besolí, Sandro Rosell ha observado este lunes con gesto serio cómo arrancaba en la Audiencia Nacional el juicio que escudriñará todos los recovecos de la Operación Rimet, que lo sitúa en la cima de una red de blanqueo de capitales con ramificaciones en España, Andorra y Brasil. Un entramado societario que, según la fiscalía, el empresario de marketing habría tejido antes de llegar a la presidencia del FC Barcelona en julio de 2010 y que le ha llevado a la cárcel. Desde mayo de 2017, Rosell permanece en prisión preventiva. Y, este lunes, su abogado ha vuelto a pedir su puesta en libertad al inicio de la vista oral. Aunque el ministerio público se ha opuesto y los magistrados han anunciado, al término de la sesión, que resolverán su solicitud este martes.
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