jeudi 25 octobre 2018

La lucha de clases de Messi y Ronaldo

Gianni Brera, el gran cronista deportivo italiano, llamaba a Diego Maradona “divino aborto”. Si Maradona tenía el día particularmente excelso, Brera lo calificaba como “el aborto más bello del mundo” y “enano legendario”. Se excusa aclarar que Brera era un genio en lo suyo, fuese lo suyo lo que fuese. También proyectó y nombró una filosofía de juego según los parámetros físicos y mentales que, calculó a ojo de buen cubero, tenían los italianos (“campesinos canijos”, resumió Enric González). Esa filosofía era el catenaccio, cerrojazo: el equipo encerrado atrás pateando balones a la espera de un miracolo. Presa de su idea, se dedicaba a atacar a los italianos que jugaban al fútbol de forma “bonita”, y el máximo objetivo de su ira era Gianni Rivera, primer Balón de Oro italiano. Solo treinta años después, cuando Brera murió en un acccidente de tráfico, se supo que nadie como él había admirado a Rivera, del que veía embelesado todos sus partidos para, acto seguido, ponerlo a caer de un burro en el periódico. Esto lo cuenta González en Historias del Calcio, que añade un detalle que da la medida del personaje: solo se hablaba con defensas y entrenadores que se negaban a que sus equipos jugasen al ataque.

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