vendredi 26 octobre 2018

Lopetegui en llamas

Mediocampo blanco

A falta de genios, el clásico se muda al centro del campo. Casemiro es cemento armado; faro que sirve de referencia al equipo tras la pérdida de la pelota. Cuando le toca distribuir los balones que quita con precisión quirúrgica tiene un problema, los cracks que le rodean. Por contraste, cualquiera queda mal ante semejante compañía. Quien tiene más espíritu organizador es Kroos, con el carisma de una calculadora: ni impresiona ni falla. Toca, toca y toca y cuando la jugada parece morir de asfixia, cambia de frente para ayudarla a respirar. En la repartición de roles, a Modric le toca cambiarle el ritmo a la jugada con la pelota pegada al pie, la cabeza levantada y el cerebro alerta, como todo sabio. Puede que conecte con Isco, uno de esos jugadores que traiciona la tendencia. Contradiciendo la ley de la sistematización que convierte un partido en una cadena de montaje, Isco hace lo que le da la gana, pero divinamente.

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