“El mayor cambio que hemos tenido es pasar de entrenar a las ocho de la tarde, que aquí en Majadahonda en pleno invierno es una locura, y de llegar a casa tiritando a las 22.30, a entrenar por las mañanas. Si hay doble sesión, la podemos hacer porque con las mejoras económicas y el salario mínimo podemos dedicarnos 90% al fútbol. Este salto ha marcado un antes y un después en el Atlético”, cuenta Amanda Sampedro, capitana del Atlético, el equipo que lleva dos años seguidos ganando la Liga Iberdrola. Ella tiene 25 y desde 2002 viste de rojiblanca. “Al principio no era tan bonito como es ahora”, dice. Ha pasado por todas las etapas del club en su camino hacia la profesionalización. Desde tomar prestado el escudo y la ropa de los chicos, hasta formar parte del organigrama. “He vivido aquí de todo y me hace feliz y orgullosa que el Atlético se haya convertido en el espejo en el que mirarse y que sirvamos de modelo para otros”, añade.
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